Santa Teresa de Jesús falleció en Alba de Tormes el 4 de octubre de 1582 y el primero de sus tres entierros fue ¡el 15 de octubre! ¿Estuvo 11 días insepulta? No, la enterraron 24 horas después de su muerte, pero es que la mística de Ávila, fundadora de la Orden de los Carmelitas Descalzos, falleció precisamente el día en que entraba en vigor el calendario gregoriano que corregía el desfase de días que había ido acumulando el de Julio César, una de cuyas principales aportaciones a la Humanidad fue la de su calendario. El calendario juliano, «inventado» por el alejandrino Sosígenes, parte de la premisa de que el año, definido como el período de tiempo que tarda la tierra en darle la vuelta al sol, dura 365,25 días.

Dieciséis siglos más tarde, los astrónomos del Papa Gregorio XIII, y notablemente dos, el calabrés Aloysius Lilius (n.1510-m.1576) y el bávaro Cristóbal Clavius (n.1538-m.1612), jesuítas por más señas, afinan mejor la duración del período y establecen que, en realidad, el año dura 365,242189 días. No hablamos, como se ve, ni de una centésima de diferencia con lo establecido por Sosígenes, pero dicha centésima, en los dieciséis siglos que había estado en vigor el calendario juliano desde que se instaurara en el año 46 a.C., había producido ya el adelanto del equinoccio de primavera –tan importante para determinar la fecha de la Pascua cristiana– en nada menos que diez días.

Identificado el error, se procede a subsanarlo. El día 4 de octubre de 1582 lo hacen los primeros reinos cristianos, entre los cuales España, la parte católica de los Países Bajos, todos los reinos de Italia y Portugal sometidos a la corona española, y Polonia. Al4 de octubre no le siguió, como habría sido de esperar, el 5, sino el 15. En otras palabras: en los países indicados, el 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13 y 14 de octubre de 1582 no existieron, o dicho de otra forma todavía, no hay suceso histórico que pueda llevar su fecha.

Felipe II, consciente de que la difusión del mismo no podría ser simultánea ni homogénea en todo su territorio, expidió la «Pragmática sobre los diez días del año» en Aranjuez y pospuso su adopción en el nuevo mundo hasta 1584. Francia lo hizo en diciembre de 1582 y la Alemania católica al año siguiente. Los países protestantes aún se opusieron durante más de un siglo al calendario gregoriano y hubo países, como Grecia, se resistieron hasta el siglo XX. De ahí algunos famosos malentendidos de la historia.

Pues bien, acontece que Teresa de Cepeda y Ahumada vino a morir justamente la noche del día 4 de octubre de 1582, seguido, como hemos explicado, no del 5, sino del 15 del mismo mes, día que, una vez canonizada la abulense en 1622 y por otro Gregorio, el que hacía el XV de la serie, quedó consagrado a la santa como si su consagración pudiera servir también para realizar la del calendario gregoriano. Tal es la razón por la que desde entonces, todos nosotros celebremos a las teresas el 15 de octubre y no en otra fecha cualquiera.

Más curiosidades de calendario

  • Cervantes y Shakespeare no murieron el mismo día. El 23 de abril fue la fecha elegida para celebrar el Día del Libro por coincidir, supuestamente, con la fecha de fallecimiento de los dos insignes escritores, el 23 de abril de 1616. Miguel de Cervantes falleció el 22 de abril, pero fue enterrado el 23 y ese día se consignó su muerte, pero William Shakespeare murió diez días después, el 3 de mayo, aunque en el calendario juliano era el 23 de abril.
  • Newton no nació el mismo año en que murió Galileo. Muchas biografías recogen ambos hechos en 1642, pero el astrónomo italiano murió en Arcetri el 8 de enero de aquel año, según el calendario gregoriano, y el físico inglés nació en las primeras horas del 25 de diciembre de 1642, según el juliano. El 4 de enero de 1643, según el gregoriano. No fue en el mismo 1642, pero no pasó un año entre el adiós del primero y la llegada del segundo.
  • «Devolvednos nuestros once días». La resistencia de los ingleses a adoptar el nuevo calendario llevó al astrónomo Johannes Kepler a decir aquello de que «los protestantes prefieren que su calendario esté en desacuerdo con el Sol a que esté de acuerdo con el Papa». Cyril Aydon relata en Historias curiosas de la ciencia cómo «cuando los ingleses (y escoceses e irlandeses) entraron en razón, tuvieron que anular once días (al miércoles 2 de septiembre de 1752 le siguió el jueves 14 de septiembre),  Creyendo que les habían robado parte de sus vidas, los protestantes adoptaron el eslogan: «Devolvédnos nuestros once días».
  • La Revolución de Octubre, en noviembre. Los rusos aún tardaron más que los ingleses en abandonar el calendario juliano. El gregoriano se implantó por primera vez en la Unión Soviética en febrero de 1918, de ahí que la llamada Revolución de Octubre protagonizada por Lenin y sus partidarios en Petrogrado el 25 de octubre de 1917, según el calendario juliano, tuviera lugar un 7 de noviembre para la mayor parte del mundo. Para entonces, la diferencia con el calendario gregoriano era de 13 días. Una de las primeras medidas de los bolcheviques fue el cambio del calendario, aunque a partir de 1923 probaron otros y no fue hasta 1940 cuando lo adoptaron finalmente.